Los celos son una emoción que sentimos o expresamos cuando tenemos miedo de perder alguna persona o cosa que consideramos nuestra. Es una de las respuestas emocionales más básicas y frecuentes que surgen en situaciones que generan rivalidad: entre hermanos, pareja, compañeros de trabajo, padres, hijos, etc.
HOY HABLAREMOS DE LOS CELOS EN LA RELACIÓN DE PAREJA
En primer lugar y teniendo en cuenta que el tema de los celos está culturalmente muy presente y es muy controvertido, quisiera hacer hincapié en la idea del gran sufrimiento que soporta una persona celosa.
Quien es muy celoso, vive atormentado, entre otros, por un gran miedo, el de perder a su pareja, y este miedo va mucho más allá de la pareja misma porque está asociado a perder todo lo que ésta le da, y ello es diferente para cada persona que sufre de celos. Según lo que signifique para nosotros lo que nos ofrece nuestra pareja y el grado de necesidad que tengamos de ello, así será la intensidad de nuestros celos. Hay personas que necesitan mucho la compañía, la protección, el afecto, la seguridad, las atenciones continuadas que les da su pareja, y creen que sin ella, todo eso no lo podrían tener.
Los celos van asociados al grado de necesidad de cosas que no hemos podido o sabido darnos a nosotros mismos debido a carencias afectivas. Cuando somos niños estas necesidades las depositamos en nuestros padres o cuidadores, y de adultos, a veces la depositamos en otras personas, como por ejemplo la pareja.
El problema que conllevan los celos en una relación de pareja es una cuestión de grado. Cuando los celos que sentimos nos producen mucho sufrimiento, limitan nuestra relación de una manera evidente, y nos llevan a desarrollar mecanismos de control sobre el otro para comprobar si nos es infiel, ha llegado el momento de aceptar que tenemos un problema que deberíamos solucionar.
¿COMO SE CONSTRUYEN LOS CELOS?
De bebés necesitamos una atención casi absoluta para ir creciendo de manera saludable. Los padres y cuidadores realizan esta función. En principio y si todo va bien, (muchas veces no es así), tenemos a los padres pendientes de nosotros y ellos cubren nuestras necesidades más básicas, físicas y afectivas. En el patrón familiar clásico, primero tenemos a la madre toda para nosotros, el padre también está, pero al principio lo vemos como alguien más. A medida que la madre va dando un lugar a su marido-padre para que el bebé lo reconozca como alguien muy importante y absolutamente vinculado a ella y que también forma parte de su vida, el niño podrá empezar a percibir que la madre tiene a su alrededor otras personas y cosas que también son importantes para ella aparte de él mismo. Cuando este paso de la madre hacia el padre se da sin problemas, el bebé irá creciendo y captando que hay muchas otras cosas que tendrá que compartir con la madre: primero el padre, y después todo lo demás: hermanos, amigos, tiempo de dedicación, etc. Este modelo de funcionamiento que los padres le habrán enseñado, dará herramientas al niño para aprender a vivir de manera saludable, no desde un patrón dual en el que sólo caben dos, si no desde un patrón compartido. Sabrá e interiorizará que en su vida habrá muchas cosas que deberá aprender a compartir, y eso también le facilitará saber recibir y saber ser agradecido.
Cuando por diversos factores, que de niños no dependen de nosotros sino de nuestro entorno, (y que pueden ser de muchos tipos y darían pie a otro artículo), esto no ha sido posible, nos será probablemente más difícil, aunque factible, aprenderlo de mayores. Pero si finalmente no podemos alcanzar este grado mínimo de "saber compartir" que conlleva vivir en comunidad, esto se convertirá en un problema que afectará a nuestra manera de establecer las relaciones, ya que tenderemos a buscar que sean de tipo dual por la dificultad de compartirlas, y nuestra vida relacional será bastante limitada.
A partir de ahí surgirán una serie de problemáticas respecto a nuestras relaciones que pueden ir desde la dificultad de tener amigos, hasta problemas con la pareja, con los hermanos, con los padres o con los hijos. Pero el principal problema será que no somos amigos de nosotros mismos.
RASGOS DE PERSONALIDAD DE UNA PERSONA CELOSA
- Infelicidad constante por sentirse continuamente decepcionada por los demás y por la vida misma.
- Falta de confianza en si misma, cree que no puede conquistar esta autoconfianza.
- Baja autoestima. Sensación de infravaloración.
- Rabia contra un hipotético rival que puede robarle la pareja.
- Rabia contra ella misma por infravalorarse.
- Tristeza por no valorarse lo suficiente y pensar que no merece ser amada.
- Dependencia de la pareja.
- Idealización de la pareja, espera que le dé lo que necesita porqué cree que ella tiene este poder.
- Desconfianza hacia la pareja.
- Mecanismos de control respecto a la pareja para comprobar si le es infiel o para retenerla a su lado.
- Necesidad de amor incondicional.
- Necesidad de reconocimiento.
¿QUE LE PASA A UNA PERSONA QUE SUFRE DE CELOS?
La persona celosa tiene una carencia muy grande de autoestima y se percibe en inferioridad de condiciones respecto a otras personas y sobre todo en relación a su pareja a quien le atribuye unas cualidades que, reales o no, siempre son desproporcionadas, y estas cualidades responden a sus propias carencias. Si la persona celosa se siente insegura pensará que su pareja le puede dar seguridad, si se vé poco inteligente, verá en su pareja una persona mucho más inteligente que ella etc.
Deposita la satisfacción de muchas de sus necesidades en manos de la pareja, de quien depende en la misma medida en la que no puede o no sabe cubrirlas por sí misma. Por tanto cree que si pierde a la pareja lo pierde todo.
Piensa que no es merecedora del amor de la pareja porque se valora poco y cree que un día aquella se dará cuenta de lo poco que vale y la dejará por otra. En su fantasía siempre hay un posible rival que tiene muchas más cualidades que ella.
Cree que la pareja le pertenece como si fuera una propiedad, y a fin de obtener todas las atenciones que necesita establece una relación predominantemente dual donde no hay cabida para nada más, ni amistades, ni aficiones, ni tiempo para los intereses del otro. Interpreta el tiempo que la pareja dedica a los demás como si la excluyera, ya que desearía formar parte de todas las cosas de su vida.
A veces desarrolla un comportamiento de cuidados desmesuradas hacia la pareja con el fin de retenerla a su lado, pero al invadir su espacio, se produce el efecto contrario porque genera rechazo en el otro y la necesidad de poner distancia, con lo cual, muchas veces termina desembocando en una ruptura traumática por la necesidad de la pareja de tener su propio y legítimo espacio.
La persona celosa necesita que la necesiten para sentirse valorada, esto la hace depender de la necesidad que tenga la pareja de ella y del grado de reconocimiento que le dé. Si la pareja es más independiente que ella, la persona celosa no se sentirá amada, ya que pensará que no la necesita para nada.
SENTIMIENTOS ASOCIADOS A LOS CELOS
EL MIEDO
La persona celosa tiene mucho miedo de descubrir que no puede tener todo lo que quiere, y de pensar que la pareja tampoco se lo puede dar, ya que si lo descubre deberá responsabilizarse de sus propias carencias y aprender a satisfacerlas ella misma y se sentirá muy sola. En lugar de eso vive en la fantasía de que los demás tienen todo lo que ella nunca podrá supuestamente conquistar.
La falta de confianza en sí misma le hace depositar una "confianza" demasiado grande respecto a lo que la pareja le puede ofrecer, generando unas expectativas desmesuradas que cuando no son satisfechas porque el otro no puede o no quiere, interpreta que le está fallando y entra en una espiral de desconfianza a ser traicionada. Para apaciguar la ansiedad y el sufrimiento que esta fantasía le provoca, comienza a desarrollar mecanismos de control sobre la pareja a quien puede someter a un tercer grado, fiscalizando sus acciones en busca de una verdad que, en muchos casos, sólo existe en su imaginación: el miedo de ser engañada y abandonada. Este miedo es inversamente proporcional a su baja autoestima y a su dificultad para autoabastecerse emocionalmente.
Cree que la vida le ha tratado injustamente y que no tiene lo que se merece. Esta creencia hace que esté crónicamente insatisfecha y sea poco agradecida, ya que todo lo que le dan es poco comparado con lo que cree que necesita.
Para sentirse valorada necesita que la pareja le muestre que es alguien privilegiado para ella, ya que el miedo a no serle indispensable es interpretado como falta de valoración y reconocimiento.
Miedo a sentirse responsable de que sus celos no resueltos provoquen la ruptura con su pareja.
LA RABIA
El miedo antes mencionado se convierte en rabia cuando sus demandas no son satisfechas y cuando descubre que la pareja tampoco le puede dar todo lo que anhela, desarrollando sentimientos de rivalidad respecto a ella y a los demás, ya que vive en la creencia de que tienen todo lo que a ella le falta.
A veces cree erróneamente que se rien de ella y la menosprecian, tiene mucha necesidad de demostrar su valía, pero como ella misma no se cree una persona valuosa, genera sentimientos de rabia contra los demás y contra ella misma por no valorarse tal como es y por no ser como le gustaría ser.
7 COSAS QUE PODEMOS HACER SI SUFRIMOS DE CELOS
1- En primer lugar ser sinceros con nosotros mismos e identificar si encajamos con los rasgos de una personalidad con problema de celos.
2- Si es así, reconocer que sufrimos de celos.
3- Identificar cuáles son nuestras necesidades. Nos será fácil encontrarlas si partimos de las cosas que le pedimos a la pareja: afecto, protección, seguridad, etc.
4- Encontrar la fortaleza para reconocer que éstas son precisamente nuestras carencias.
5- Dejarnos sentir las emociones que están vinculadas a estas carencias: tristeza, rabia, angustia, etc.
6- Trabajar la confianza en uno mismo de manera que aumente nuestra autoestima y vaya desapareciendo la inseguridad que nos dificulta conquistar lo que necesitamos sin depender de la idea ilusoria de que nos lo dé la pareja u otras personas.
7- Si el grado de celos es muy grande y a pesar de darnos cuenta de lo que nos pasa no encontramos la manera de solucionarlo, entonces nuestra recomendación es visitar a un psicólogo para que os ayude a obtener herramientas para aumentar vuestra autoestima y disminuir vuestro sufrimiento.