La inseguridad de la intransigencia

10 de Mayo de 2014 a las 09:50

    
 

 

La intransigencia es uno de los aspectos de la personalidad que más afecta a las relaciones.

- ¿Nos cuesta tolerar las opiniones de los demás con las que no estamos de acuerdo?

- ¿Queremos decir siempre la última palabra porque pensamos que tenemos razón?

- ¿Tenemos pocos amigos?

- ¿Tenemos fama de ser intransigentes entre nuestra gente?

 

PORQUE SOMOS INTRANSIGENTES

 

¿Qué se esconde detrás de la intransigencia? Si algunos de nuestros amigos coinciden en darnos este calificativo es porque nosotros con nuestro comportamiento transmitimos esta actitud.

Hay varias razones que nos ayudarán a entender por qué somos intransigentes.

A veces nos cuesta mucho escuchar a los demás pacientemente y valorar sus opiniones como alternativas válidas más allá de si tienen razón o no, y lo que hacemos es rivalizar en lugar de comprender las palabras ajenas.

Esto nos pasa porque tenemos dificultad en ponernos en el lugar de la persona que habla y comprender no sólo lo que dice, sino por qué lo dice, intentar conocerla y no fijarnos sólo en si tiene razón. Cuando actuamos de esta manera no creamos empatía. Para escuchar a los demás de forma empática se requiere un grado suficiente de receptividad, lo que implica la voluntad de interesarnos sinceramente por quién nos habla y por lo que nos está diciendo. Eso nos resulta difícil porque puede ser que quien habla esté reflejando sin saberlo, aspectos propios que no nos gustan.

Muchas veces, en lugar de comunicarnos lo que hacemos es rivalizar para ver quién tiene razón, y entonces, el " diálogo ", si es que así lo podemos llamar, se transforma en un partido de tenis donde no hay lugar ni espacio para la escucha, porque para escuchar debemos saber esperar y acoger lo que los demás nos dicen. Esta forma de escuchar no está tan relacionada con el aspecto racional, sino con el emocional.

 

 

PORQUÉ LA INTRANSIGENCIA IMPLICA INSEGURIDAD

 

Queremos demostrar y demostrarnos que nosotros sabemos más y no nos gusta que rebatan nuestros argumentos y menos que nos muestren que los de los demás son más válidos, porque eso nos crea inseguridad.

Estamos más pendientes de lo que decimos nosotros que de lo que dicen los demás.

Escuchamos superficialmente y sólo prestamos atención a los argumentos que nos sirven para rebatir.

Solemos alzar el tono de voz o gesticular ostensiblemente atemorizando  a veces a los demás.

A menudo llevamos la contraria por sistema porque queremos mostrarnos diferentes, y adoptamos una conducta prepotente y de oposición sistemática para lograrlo.

Necesitamos ser escuchados y ser los protagonistas, aunque a lo mejor ni nos lo hemos planteado. ¿Quizás no nos hemos sentidos valorados y escuchados en otros momentos de nuestra vida?

Cuando no estamos de acuerdo con lo que nos dicen nos instalamos en posiciones absolutas, o es blanco o es blanco.

Nos situamos en un nivel jerárquico supuestamente superior respecto a lo que dicen los demás y no podemos tolerar que alguien opine de cosas que " no sabe".

Monopolizamos las conversaciones y no dejamos lugar a las otras personas para dar su opinión y nos cerramos en nuestras ideas.

No permitimos la posibilidad de feedback y por tanto de empatía con nuestros interlocutores.

En realidad, detrás de todo esto se esconde un alto grado de inseguridad, ya que quien se siente seguro no necesita demostrar que lo es, independientemente de que tenga o no razón. Y escondemos esta inseguridad mostrando la otra cara: la de la coherencia y la del aspecto racional para que no se nos note.

Por lo tanto, la actitud de intransigencia denota una gran necesidad de ser tenido en cuenta, de ser escuchado y de hacerse notar, porque detrás de todo esto hay una carencia que denota miedo a no tener razón y a no ser creible y valorado, y esta carencia se tapa justamente con la actitud contraria: la de una falsa seguridad y contundencia.

Acabamos imponiendo nuestro discurso porque necesitamos que nos admiren. La imposición es uno de los aspectos más evidentes de una carencia.

Este comportamiento, cuando persiste, no es una opción, sino una necesidad, la de obtener reconocimiento.

Y sobre todo, no solemos ser conscientes de ello.

CONSECUENCIAS DE LA INTRANSIGENCIA

 

- Cuando actuamos con intransigencia, estamos poniendo mucha distancia entre nosotros y las demás personas y propiciamos que nos rechacen, ya que no damos lugar a que la palabra del otro sea escuchada.

- Despertamos poco interés por este estilo cerrado de comunicación, la falta de tolerancia, y los amigos y conocidos se van alejando debido a nuestra falta de flexibilidad.

- Al hacer discriminación de las cosas que no nos gustan excluimos todo lo que está relacionado con ello ofendiendo a los demás con esta actitud.

- Nos ven como personas que sólo se escuchan a sí mismas y que se interesan poco por los demás.

- Se aburren como ostras por nuestro afán de protagonismo.

- Perdemos amigos por culpa de nuestra rigidez y nos sentimos solos.

- Tenemos una gran dificultad para trabajar en equipo ya que no sabemos consensuar las diferencias, pero pensamos que somos muy originales.

- No nos tienen en cuenta en situaciones en las que se requiere negociar puntos de vista diferentes y contrarios a causa de nuestra rigidez mental.

 

 

TENER EN CUENTA A LOS DEMAS

 

Cuando opinamos, expresamos creencias y puntos de vista basados ​​en nuestros valores, que de una manera u otra rigen nuestra vida. Soltamos retazos de nuestro mundo interno mostrando aspectos muy personales de nuestra manera de ser, de nuestro temperamento y de nuestra identidad. A veces, mostrar lo que pensamos nos da un poco de miedo. Miedo a ser juzgados por si los demás no comparten lo que decimos, incluso de que nos etiqueten de una manera determinada en función de nuestras opiniones y actitudes. Aún así muchas veces nos animamos a expresar lo que pensamos y sentimos.

Reflexionemos: ¿Qué es lo que realmente queremos cuando nos relacionamos? ¿Queremos comprobar si el interlocutor es coherente con lo que dice y hacer un análisis de contenido de su discurso? ¿O acercarnos y escuchar desde el corazón lo que nos está contando?

Cuando alguien nos habla, lo que realmente es importante no es tanto lo que dice, sino lo que representa para el que habla lo que está diciendo y porquè nos "ha elegido" a nosotros para explicarlo, y eso vale también cuando somos nosotros los que explicamos algo a los demás. Este es el verdadero secreto de una buena comunicación. ¿Nos gusta que nos escuchen? A los demás también.

 


CÓMO CONSEGUIR SER PERSONAS TOLERANTES

 

Importante a tener en cuenta:

 

- Si nuestra gente nos ve intransigentes, plantearnos si pueden tener razón y revisar nuestra actitud.

- Observar nuestro discurso cuando estamos conversando con los demás e identificar cómo nos sentimos ante las diferencias .

- Ser honestos con nosotros mismos y aceptar que quizás somos poco flexibles.

- Plantearnos qué podemos hacer para cambiar de actitud .

- Mostrar respeto por las ideas y actitudes diferentes a las nuestras.

- Interesarnos por los demás más allá de lo que digan, ya que las personas no somos lo que decimos .

- Escuchar con cariño el aspecto emocional de lo que los demás nos transmiten cuando hablan con nosotros.

- Tolerar las diferencias aunque no estemos de acuerdo y rebatir con respeto los argumentos de quien nos habla.

 

 

VENTAJAS DE SER TOLERANTES

 

- Creamos empatía con los demás.

- Damos a todos la posibilidad de expresar sus ideas abiertamente .

- Nos permite ampliar nuestro horizonte porque estamos abiertos a tener en cuenta y aceptar las ideas ajenas, cosa que nos enriquece.

- Podemos optar a integrarnos en situaciones que requieren una perspectiva amplia y consenso entre contrarios .

- Las personas se acercan a nosotros porque se sienten cómodas en nuestra compañía .

 

LA INTRANSIGENCIA ES FRUTO DE UNA GRAN INSEGURIDAD Y DEL MIEDO A SENTIRSE VULNERABLE Y NO SER ACEPTADO.

LA TOLERANCIA PROPICIA LA EMPATIA Y LA COMUNICACIÓN